Arquitecturas del siglo XX: La casa Loureiros en Aravaca desaparece

Por mcypweb, Vie, 21/11/2014 - 09:56

Vicente Patón/ Madrid Ciudadanía y Patrimonio

El desinterés del Ayuntamiento de Madrid por catalogar la arquitectura del siglo XX va dejando que desaparezcan sus mejores ejemplos

Hace ya dieciséis años que se derribó la Pagoda de Miguel Fisac entre un escándalo generalizado, las inanes declaraciones del alcalde de Madrid, José Mª Álvarez del Manzano, y la nocturnidad y alevosía de hacerlo en período vacacional frente a una ciudadanía desactivada. Ese derribo mostró la precariedad de una arquitectura que por no ser todavía histórica no tenía reconocido su valor. A raíz de aquel desastre –y no hay más que ver el anodino edificio que sustituyó al de Miguel Fisac- se desempolvó el catálogo de arquitectura contemporánea que habían iniciado los ayuntamientos socialistas, que nunca se llegó a aprobar, y se aseguró que se haría uno más completo y definitivo. Nunca se hizo nada, de modo que las bajas se siguen produciendo, por derribo o por transformaciones destructivas. El penoso estado en que se encuentra el pabellón de los Hexágonos de J.A. Corrales y R.V. Molezún, ahora además amenazado por los planes de la Ciudad de la Seguridad en la Casa de Campo, y la amenaza de derribo de la fábrica Clesa, de Alejandro de la Sota, han sido las últimas alarmas que ha sonado en este sentido.

La casa Loureiros, nueva víctima

Ahora nos llega a través de una arquitecto sensible a ese patrimonio la denuncia de que están destruyendo la casa que hizo Fernando Cavestany en Aravaca. Fernando Cavestany Pardo-Valcarce fue un estimable arquitecto y pintor, con importantes obras hospitalarias en Sevilla y en Cádiz, que forma parte de esa generación de excelentes profesionales que hacen arquitectura con dignidad, y que han pasado desapercibidos en la historiografía de la modernidad, porque las publicaciones siempre se dirigen a las figuras de primera fila, y han dejado en la sombra a un buen número de personajes que están aún por descubrir y estudiar.

La casa Loureiros era una obra muy sensible con el lugar, y con una integración ejemplar con la jardinería que la rodea. No tenemos en este momento más fotografías que las que nos ha enviado Silvia Canosa, y la ficha que hay registrada en la guía de Arquitectura del Colegio de Arquitectos, pero dan idea del valor de esta lamentable pérdida, y no tenemos más remedio que denunciar la situación de dejadez e inoperancia de los estamentos que deberían valorar y proteger este legado.

Ficha del edificio en el Colegío Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM)

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