Madrid Ciudadanía y Patrimonio respalda la crítica del arquitecto Juan Mera al proyecto municipal para la fábrica CLESA

Por joaquin, Vie, 29/04/2022 - 19:31

Esta asociación, Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, quiere manifestar el absoluto acuerdo con el criterio que expone el profesor Mera en su escrito -que reproducimos en nuestra web para su mayor difusión-. Reiteramos aquí nuestro apoyo a lo expuesto sobradamente por la Fundación Alejandro de la Sota en sus diversas actuaciones, comenzando por el criterio expresado por la vocal de la Fundación Teresa Couceiro en el jurado que valoró las distintas opciones presentadas al concurso. Allí se optó por un proyecto ganador con el que no estaban de acuerdo la práctica totalidad de los vocales arquitectos que formaron parte del jurado.

Este proyecto es un desafuero.

El Ayuntamiento de Madrid, teniendo los medios -es decir, la propia Normativa del PGOUM-, no ha tenido el valor o el conocimiento suficiente –y esto es lo más grave-, para proteger debidamente esta pieza tan singular de nuestra arquitectura. Este edificio debería tener la consideración de Nivel1, Singular o Integral en el Catálogo de edificios a conservar que señala la propia norma municipal: aquellos edificios que pueden considerarse, en todo o en parte, como elementos relevantes en la historia del arte y la arquitectura española o madrileña; y sin embargo tiene catalogación Nivel 3 Parcial: protege aquellos elementos del edificio que lo caracterizan y sirven de referencia para comprender su época, estilo y función.

 

Defendemos que CLESA es un elemento relevante, muy relevante, de la historia de la arquitectura española.

¿Para qué edificios se reserva el Ayuntamiento la máxima categoría? ¿Sólo merecen la mayor consideración los edificios históricos? ¿O los que por su buen estado no corren peligro o no son objeto de especulación?

Ni siquiera el proyecto seleccionado conserva debidamente los elementos que caracterizan al edificio; se rompen forjados, se abren ventanas en fachada, se colmatan espacios introduciendo elementos absolutamente ajenos al concepto espacial y funcional de su arquitectura.

¿A quién convence la afirmación municipal de que se trabaja en el Catálogo de la Arquitectura Moderna, cuando se abandona y deja a su (mala) suerte una de las piezas más valiosas de nuestra arquitectura contemporánea? Se le llena la boca al municipio de hablar de protección y se promueve con descaro y la habitual verborrea un proyecto destructor que solo sirve a unos intereses económicos, y eso de la mano de un arquitecto del que no esperábamos un resultado semejante. Al final, los arquitectos, somos el brazo ejecutor de la ambición y la especulación. También quedamos contaminados.

¿Nadie en ese ayuntamiento conoce ejemplos de arquitectura moderna bien tratada y bien restaurada?. La factoría Van Nelle en Roterdam, paradigma de la conservación de un edificio del Movimiento Moderno convertida en oficinas, hoy monumento histórico holandés; Zollverein, complejo industrial del carbón en Essen, restaurada por OMA valorando su identidad industrial y convertida hoy en un punto de encuentro social y cultural; y tantos otros modelos no sólo europeos.

La misma restauración municipal llevada a cabo en “La Nave” Boëticher en Villaverde es un ejemplo de recuperación de un contenedor industrial, con una importantísima inversión, en un inmueble de incomparable menor valor arquitectónico.

Quizás estos ejemplos resulten extraños, ajenos y aún incómodos a una visión desinformada, pero tenemos algunos otros cercanos, que quizás por la escasa tensión especulativa han conseguido salvarse con actuaciones sencillas que preservan la autenticidad de los contenedores.

Son modelos de respeto y de escasa introducción de elementos ajenos a la arquitectura; la propia nave “La Neomudejar”, donde conviven con éxito instalaciones y maquinaria originales con las exposiciones y manifestaciones artísticas allí albergadas, o en otro plano más modesto y también muy interesante, el Cuartel de Zapadores, arquitectura sin aparente interés, mínima intervención en un generoso espacio donde queda de manifiesto que es mejor no hacer casi nada en las instalaciones y aprovecharlas en su estado, introduciendo actividades, exposiciones, muestras… en las que el edificio gana con la vida impuesta sin perder su esencia.

Quisiéramos llevar al ánimo de nuestros responsables políticos que la ejecución del proyecto que con tanto interés publicitan sería una pérdida irreversible para nuestra arquitectura, y desde luego una mancha imperdonable en su gestión.

 

Madrid 29 Abril 2022

Amparo Berlinches

Más información:

Enlace al texto de Juan Mera en el web de la Fundación Alejandro de la Sota.

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