El edificio de la Escuela Nacional de Sordomudos y Ciegos (escuelas que se habían fundado separadamente en 1805 y 1842, respectivamente, y con sedes diferentes) fue proyectado en 1894 por Ricardo Velázquez Bosco a partir un diseño suyo anterior para la Moncloa. En la construcción definitiva tuvo además que aprovechar los cimientos ya ejecutados de una edificación para la Institución Libre de Enseñanza que había comenzado a construir Carlos Velasco en 1882, pero cuyas obras habían quedado paralizadas tras una larga polémica con el Ayuntamiento al suprimir la desembocadura de la calle Espronceda en el Paseo de la Castellana para crear un gran solar triangular uniendo dos manzanas del ensanche. El nuevo edificio, que se terminó en 1898, tiene una planta en “E” compuesta por un cuerpo principal alargado paralelo a la Castellana, con dos pabellones en los extremos, y un cuerpo central perpendicular rematado por un pabellón oblicuo paralelo a la calle Zurbano. La planta de semisótano acogía almacenes y diversos talleres y la baja se dedicaba íntegramente a aulas, que en las dos superiores se limitaban a la crujía de fachada, reservándose los cuerpos perpendiculares para los dormitorios de los alumnos; mientras que el cuerpo oblicuo se destinaba a clínica. El exterior es de ladrillo visto sobre zócalo de sillería, con vanos distribuidos simétrica y ordenadamente y muy sobrio en la decoración; destacando la entrada principal de estilo clásico ejecutada en piedra blanca, con un cuerpo bajo de tres puertas entre pilastras exentas, al que se accede por una escalinata, y sobre el que descansa un segundo cuerpo columnado con frontón central sobre el que campea un escudo colosal labrado por Ángel García Díaz.
Tras proclamarse la Segunda República, el colegio de Ciegos se separó del de Sordomudos, y el edificio abarcó nuevos usos como sede del Museo Pedagógico Nacional, el Patronato de Misiones Pedagógicas, la Inspección Provincial de Primera Enseñanza y la Escuela Normal de Magisterio de Madrid. El interior, muy sobrio dado su destino, fue reformado en la inmediata posguerra para acoger en 1941 la Escuela Superior del Ejército; ampliándose el edificio con diversos pabellones diseñados por el ingeniero Sebastián Fernández de Medrano siguiendo el modelo de la construcción original de Velázquez Bosco. En 1999 se convierte en sede del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), creado en 1964.
