Cerca a la actual glorieta de Embajadores, los terrenos que ocupaba la antigua Huerta del Clérigo Bayo fueron adquiridos en 1808 por el ministro de Justicia bonapartista Manuel Romero que decidió construir allí una casa-palacio rodeada de un jardín. Tras ser adquirida por el Ayuntamiento en 1817, fue regalada a Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII, pasando a denominarse Casino de la Reina, un jardín de recreo.
Tras ser sede del Museo Arqueológico Nacional y después Asilo de Cigarreras para las trabajadoras de la cercana Fábrica de Tabacos, el conjunto sufrió una gran transformación con la instalación, en 1877, de la Escuela de Veterinaria, institución fundada en 1792 como Real Colegio-Escuela de Veterinaria de Madrid, siendo denominada por la Ley de Instrucción Pública de 1857 como Escuela de Veterinaria. El edificio que debía albergar la escuela fue proyectado por Francisco Jareño y Alarcón en 1877, cuya construcción se llevó a cabo entre 1878 y 1881. La escuela ocuparía parte de los jardines del antiguo Casino de la Reina, en el lugar en el que se ubicaba un pabellón donde se guardaban las falúas con las que navegar un río artificial. Se desarrolla en una planta rectangular organizado en un patio interior cuadrangular y dos pabellones octogonales en simetría situados en el eje menor. Las fachadas se alzan en ladrillo visto, con gran sencillez en las líneas en un destacado estilo neomudéjar.
Posteriormente, en los años 1950, la Escuela de Veterinaria se traslada a la Ciudad Universitaria y el edificio de calle Embajadores fue cedido para albergar el Instituto Nacional de Enseñanza Media Cervantes, que ya había tenído otras ubicaciones, realizándose una remodelación interior entre 1958 y 1960. Una nueva remodelación que le devolvió su aspecto arquitectónico original fue llevada a cabo con proyecto de Ignacio Prieto Revenga, entre 1989 y 1990.