Iglesia mudéjar del cementerio de Carabanchel Bajo (Iglesia Santa María La Antigua)

Por joaquin, Dom, 05/07/2020 - 20:57

La Iglesia de Santa María la Antigua o Ermita del Cementerio de Carabanchel es una de las más completas manifestaciones de la arquitectura mudéjar que se conserva en la Comunidad de Madrid. Construida en el siglo XIII, aunque con algunos elementos del siglo XII, fue parroquia del antiguo municipio de Carabanchel -desde 1948, distrito de Madrid-, bajo la advocación de Santa María Magdalena. En el siglo XV, su entorno queda despoblado, y se fundaron dos nuevas localidades: Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo, que fueron dotadas de sus respectivas iglesias parroquiales, lo que supuso que el templo de Santa María Magdalena se convirtiera en ermita, siendo consagrada a Santa María la Antigua, adscrita a la parroquia de San Sebastián, en Carabanchel Bajo. Su carácter rural se ve transformado con la urbanización del entorno, primero con la construcción sin solución de continuidad hacia el Este del cementerio de Carabanchel Bajo, al que se adjunta en el siglo XVII, momento en que se amplía, convirtiéndose en su ermita-capilla; y más tarde, con la construcción hacia el oeste, de la desaparecida cárcel de Carabanchel -inaugurada en 1944-. La ermita sigue conectada con el antiguo núcleo de Carabanchel Bajo por un camino jalonado de árboles y algunas edificaciones de usos complementarios al cementerio.

La ermita de transición del románico al mudéjar emparenta en su construcción con el mudéjar toledano, patentes en la fachada, pero otros elementos constructivos y decorativos advierten en ella influencias de otros mudéjares más lejanos, como el de Toro. De la primitiva ermita del siglo XIII se conserva la cabecera, la torre y muro meridional , donde se ubica la portada. Siguiendo preceptos románicos, la ermita es de planta rectangular con ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera, unida a la nave por un tramo de presbiterio rectangular más ancho cubierto por bóveda de cañón, y por un arco de triunfo túmido doble, trasdosado por otro arco polilobulado. El templo, que originariamente contaba con una nave, parece que fue ampliado a tres en momentos posteriores, separadas por cuatro pilares, siendo cubiertos por una armadura de madera. Al cuerpo principal, se añade la sacristía de estilo barroco, se adosa una casa en el muro este, y un contrafuerte al sur, junto a la portada, en la reforma llevada a cabo en el siglo XVII cuando es convertida en capilla del cementerio. Al exterior, la fábrica de los muros es de mampostería con verdugadas de ladrillo equidistantes. El ábside se decora con canecillos de rollo en ladrillo bajo el alero y se abre en la zona central del muro una aspillera rodeada por un arco túmido enmarcado en un alfiz realizado en ladrillo. En la fachada meridional se sitúa la portada de factura de ladrillo con arquivoltas, arco central festoneado y enmarcada en un alfiz. A los pies se levanta una torre de planta rectangular, dividida en dos cuerpos: el inferior ejecutado en aparejo toledado y el superior enteramente de ladrillo con vanos de medio punto para disponer las campanas. La escalera de caracol de metal exterior es un añadido contemporáneo. El interior del templo recibe más decoración, destacando la estructura de madera original medieval sobre la que se dispone el coro a los pies con pinturas al temple -descubiertas en 1995-, también medievales, representando castillos, motivos heráldicos, geométricos y escenas dedicadas a San Isidro -en este lugar abrió un pozo de aguas milagrosas, aunque el pozo podría ser anterior-. El ábside es ocupado por un retablo barroco tras el que se conservan restos de pinturas murales y una hornacina igualmente policromada.

Las intervenciones arqueológicas que se han llevado a cabo durante las labores de restauración han constatado la antigüedad de algunos elementos de la ermita: ábside, pilares y portada sur son de la primera mitad del siglo XIII; y bajo el subsuelo se descubrió un muro perteneciente a la iglesia primitiva; restos cerámicos de pobladores carpetanos; pavimentos y restos de un horno romanos; elementos mudéjares y sepulturas del siglo XVII. Fuera de la ermita, los distintos trabajos arqueológicos que se han desarrollado en la zona en diversos momentos han evidenciado la existencia de pobladores de época prerromana así como de ocupación romana: el llamado Mosaico de Carabanchel conservado en el Museo de los Orígenes de Madrid y restos de una villa romana de los siglo I y II, hallada en la actual estación de metro Eugenia de Montijo-.

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Calle Monseñor Óscar Romero, 92.
Ubicación

Calle Monseñor Óscar Romero, 92.
Madrid Madrid
España

Tipo de Bien
BIC - Monumento
Cronología
Edad media
Estado del BIC
Declarado
Titularidad
Privada
Propietario o tenedor
Iglesia Católica
Visitable
Tipo de visita
Visita libre
Condiciones de visita / Accesibilidad

Condiciones de la visita:

  • Solo se puede visitar los sábados a las 11:00 cuando se celebra la misa, excepto en verano que permanece cerrada.

Contacto:

Contexto cultural

Románico-Mudéjar

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