Banco Bilbao Vizcaya

A comienzos del siglo XIX, la calle Alcalá fue un foco de atracción donde instalar las sedes de los principales bancos. Entre ellos el Banco Bilbao, que convoca un concurso público en 1918 para edificar su sede en la capital, saliendo ganador el proyecto del arquitecto Ricardo Bastida y Bilbao. Edificio de forma irregular y construido entre 1920-1923 en hormigón armado se compone de diez plantas y dos cuerpos: uno con fachada curva en esquina a las calles Alcalá y Sevilla, destinado a comercio de lujo y oficinas particulares, con paso de carruajes en el piso inferior, y un segundo espacio dedicado a las dependencias bancarias con fachada a la calle Arlabán. La fachada principal convexa se organiza en una composición simétrica mediante columnas, capiteles y entablamento de orden clásico gigante y es coronada por dos templetes laterales sobre los que sobrevuelan dos cuadrigas en latón dorado, realizadas por Higinio Basterra, recubiertas con pintura negra en la Guerra Civil Española. Cuatro atlantes colocados delante de la balaustrada de la fachada son obra de Quintín de la Torre. El interior del vestíbulo se decoró con doce murales que corrieron a cargo de Aurelio Arteta donde se representan distintas actividades cotidianas recogidas del País Vasco y los vanos se cerraron con vidrieras de la Casa Maumejean. El edificio sufrió una ampliación en 1975 a cargo de Pedro Bidagor, que fue concluida en 1981. Las obras permitieron prolongar la fachada principal hacia la calle Sevilla. Desde 2010, las dependencias son ocupadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid.