Bajo la denominación de Sacramental de San Isidro, se engloba al cementerio de la Pontificia y Real Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés, San Isidro y de la Purísima Concepción. Esta Archicofradía se creó en 1587 al fusionarse las Cofradías de las Parroquias de San Pedro el Real, de San Andrés Apostol, de la Purísima Concepción y de San Isidro Labrador. Entre sus fines, se encontraba el de dar sepultura a sus Cofrades fallecidos. Debido a la prohibición de 1809 de sepultar en las iglesias se pidió permiso al Ayuntamiento para crear un cementerio extramuros de Madrid. Bajo proyecto de José Llorente de 1811 se acometen las obras, a espaldas de la ermita de San Isidro, construida en 1724. La parte más antigua está compuesta por diferentes patios: el de San Pedro, del arquitecto José Llorente en 1811; el de San Andrés, de José Llorente en 1834 y Ramón Pardo en 1838; y el de San Isidro, de Ramón Pardo, en 1849. Cada uno de los patios tiene unas características propias: el de San Pedro, clásico y con tintes tradicional-ruralista; el de San Andrés en forma de claustro monástico con capilla al norte; el de San Isidro, el más monumental con galerías y pórticos de estilo neoclásico, en cuyo centro se levanta una capilla de estilo neorománico-neobizantino obra de Francisco Enríquez Ferrer (1856-1859). En 1851, se cierra todo el recinto, para después acometer una gran ampliación denominada Patrio de la Purísima Concepción, ejecutado en varias fases: proyecto de José Alejandro y Álvarez de 1848, y de Francisco Enriquez Ferrer de 1851-1852, primera fase, y Francisco Enríquez Ferrer de 1851-1852, segunda fase. El patio, de planta de hipódromo y tintes románticos, se situa en la zona más alta y se comunica con los anteriores a través de una gran escalinata con rampas laterales. El proyecto inicial de Enríquez se verá modificado por José Núñez Cortes. Obra de este último arquitecto será el recinto de Santa María de la Cabeza en 1882, distribuido en terrazas. Entre finales del siglo XIX y principios del XX se llevan a cabo nuevos recintos: el del Santísimo Sacramento, de Francisco Pingarrón Yarritu y José Urioste y Velada, en 1892, modificicado por Celestino Aranguren Alonso en 1907; y el de Nuestra Señora del Carmen, de Celestino Aranguren Alonso en 1906. Los patios han sido restaurados por Adela Cassinello Plaza y María José Cassinello Plaza entre 1999 y 2004.
Numerosos son los panteones familiares, que junto con los elementos decorativos (esculturas, templetes, pabellones, etc.) que salpican el paisaje, hacen de la Sacramental un heterogéneo "museo". Destacan el Panteón de los Marqueses de Perinat, de trazas romántico-clasicista, obra de Enrique Fort en 1897; el de Fernández de Villota, obra de Antonio Palacios; Capilla sepulcral de los Marqueses de Amboage, de traza neogótica y modesnista, obra de Arturo Mélida; Pabellón de los Duques de Denia, de estilo romántico, obra de Enrique María Repullés; el Panteón de Dª Luisa SAncho Mata, adornado con esculturas del escultor Agustín Querol, entre muchos otros.
