El Convento e Iglesia de las Madres Reparadoras fue proyectado por el arquitecto Luis Bellido González en 1919 con la finalidad de acoger el Noviciado de esta Orden. El edificio, construido entre 1920 y 1925, ocuparía 4.328 m2, de los 41.488 m2 de una finca localizada en el antiguo término municipal de Chamartín de la Rosa (hoy Chamartín, dentro del término municipal de Madrid desde 1945). El edificio constaba de tres partes: una Iglesia con la casa del ama y áreas de visitas; el Convento con su claustro de distribución; y locales de servicio, mientras que el resto de la finca se destinaría a tierras de labor y jardines. Durante la Guerra Civil, se instaló en él un Hospital de Sangre y, tras la finalización de la contienda y ser abandonado por las monjas, funcionó como Academia de Sanidad Militar.
Más tarde, en 1947, la comunidad religiosa vuelve al edificio y comienza la venta de partes de la finca. El plan Parcial de Chamartín de 1970, despertaron el interés urbanístico de la zona, lo que provocó que las monjas, propietarias del mismo, vendieran, en 1974, el convento a una empresa del grupo Indubán, pertenecientes al Banco de Vizcaya, Promociones Gran Madrid. A pesar de la defensa del inmueble por parte de numerosas asociaciones culturales y profesionales (Colegio Oficial de Arquitectos y Coplaco), y la incoación de declaración del convento como Bien de Interés Cultural en septiembre 1977, se inician las obras de derribo del inmueble en noviembre de ese año. Dichas obras serían paralizadas a finales de 1978, habiendo sido declarado BIC el 1 de diciembre de ese mismo año, pero el convento estaba ya muy dañado, terminándose de derribar en septiembre de 1980. La Iglesia y una parcela circundante de 1.776 m2 pasó entonces a propidad municipal. Su estado de ruina era tal, que, en 1984, hubo de procederse al apuntalamiento del edificio para evitar su desplome. Por un acuerdo entre el Arzobispado de Madrid, el Ayuntamiento y la Comunidad Alemana, en 1985, el Ayuntamiento cedía el derecho de superficie del inmueble al Arzobispado de Madrid, para cederlo a su vez a la Comunidad Católica Alemana con el fin de conventirlo en parroquia de su comunidad en Madrid, con la condición de que la Conferencia Episcopal Alemana financiara las obras de restauración del inmuble. Las obras de rehabiliticaión del edificio, cuyo coste sufragó la comunidad alemana, se llevaron a cabo entre 1989 y 1994. Del antiguo edificio proyectado por Bellido tan sólo quedaba intacta la Iglesia, que se convertiría en centro de distribución de las dependencias necesarias como parroquia y centro social multinacional actuales.
