En 1891, Torcuato Luca de Tena crea la revista Blanco y Negro, cuya sede definitiva se instalará entre las calles Serrano y Paseo de la Castellana. Se trata de un conjunto de edificios. El primero en construirse es el proyectado por el arquitecto López Sallaberry en 1896 y terminado en 1899, con fachada neoplateresca a la Calle Serrano. En él se instalarían salones y redacciones del diario ABC, creado en 1905, y de la revista "Blanco y Negro", ambas cabecera de la Prensa Española. El segundo es una nave de imprentas, a espaldas del anterior hacia el Peseo del Prado, ejecutado por Francisco del Villar Carmona en 1904, en el que utiliza un sistema de bóvedas tabicadas patentado por Madurell Hermanos. Un tercer cuerpo con fachada en clave regionalista sevillana al Paseo del Prado es proyectado por Aníbal González Álvarez-Osorio en 1926, que sería ejecutado por Teodoro de Anasagasti Algán y revestimiento exterior con azulejos del taller de Daniel Zuloaga. Finalmente, en 1932 se levanta un nuevo edificio en el interior de la manzana donde se instalarían talleres y oficinas, siguiendo un modelo racionalista en ladrillo, a cargo de los arquitectos Teodoro de Anasagasti Algán y J. Mª Castell García. Para la decoración interior del conjunto se sigue un estilo art nouveau, con vidrieras artísticas de la Casa Maumejean, pinturas murales de José Arija Saiz realizadas en 1920 o forjados de hierro del Taller Masriera.
Durante la II República el edificio fue incautado, durante veinticinco días, el 11 de mayo de 1931 como consecuencia de los "sucesos del Círculo Monárquico Independiente", cuatro días más en noviembre de ese mismo año y algunos más en agosto de 1932, por defender el levantamiento del General Sanjurjo. La incautación es "definitiva", junto a otros periódicos y revistas, por Decreto de 20 de julio de 1936, hasta el final de la Guerra Civil, por su apoyo al golpe de estado del General Franco, empezando a publicar en Madrid bajo ideología de apoyo a la II República.
Tras cambiar de sede, los edificios son vendidos en 1989 a la empresa Plataforma 61 para su reconversión en centro comercial de la mano del arquitecto Mariano Bayón Álvarez entre 1995 y 1998. En estas obras se respetaron las fachadas originales, la escalera, el patio sevillano y el despacho de Torcuato Luca de Tena, pero se produjeron transformaciones en la nave de imprentas, donde la bóveda tabicada es sustituida por otra de hormigón atirantado con azotea superior transitable y las fachadas de la nave son cerradas con vidrio. Después de su inauguración como Centro Comercial, el inmueble ha pasado por diversos propietarios. En 2014, se llevaron a cabo otras importantes obras de remodelación, encargado al estudio de arquitectura L35, orientadas a unificar los distintos tramos de escalera en un único núcleo y convertir la bóveda ciega del interior en un gran lucernario.
