En torno al cruce de la Avda. de la Reina Victoria con la del Doctor Federico Rubio, la Cruz Roja posee un interesante conjunto hospitalario, que comprende varios edificios de diversas épocas.
El primero de ellos fue promovido como Casa de Caridad de San José y Santa Adela para sirvientes de la Corte por Dª. Adela Balboa Gómez, que encargó el proyecto al arquitecto José Marañón Gómez-Acebo, quien concibió un edificio compuesto por cuatro pabellones conectados por las esquinas en torno a un patio central ajardinado; reservando el cuerpo de entrada para los servicios de Consultas y Administración, dispuestos simétricamente a ambos lados de una pequeña capilla neogótica, rematada por un elevado chapitel empizarrado que centra la composición. La construcción se realiza enteramente en ladrillo, tan habitual en los edificios hospitalarios del momento, aunque no puede calificarse de neomudéjar, pues no presenta los detalles arabizantes característicos de este estilo. En 1918 el edificio pasó a ser gestionado por la Cruz Roja, convirtiéndose en hospital para los soldados heridos en la guerra de Africa, por lo que siete años después se instaló ante su portada el monumento labrado por Julio González Pola en homenaje a la duquesa de la Victoria, que dirigió los hospitales de la Cruz Roja en esa campaña. En la actualidad el conjunto se conserva con algunas alteraciones, que han afectado principalmente al ala que cierra el patio por su fondo, muy modificada y recrecida en altura; siendo también de lamentar el ensanchamiento de las entradas laterales para el paso de las ambulancias, ejecutado con escaso respeto hacia la traza original de la fachada.
Junto a este edificio, en terrenos de la Compañía Urbanizadora Metropolitana al otro lado de la Avda. del Doctor Federico Rubio y Galí, se levantó entre 1924 y 1928 un nuevo inmueble destinado a Dispensario General de la Cruz Roja, que fue diseñado por el arquitecto Manuel de Cárdenas Pastor en un estilo protorracionalista muy distinto del de su predecesor, aunque utilizando el ladrillo visto como elemento unificador. En esta ocasión el hospital se distribuye en tres alas en “U” que rodean un gran patio de acceso abierto hacia la Avda. de la Reina Victoria, efectuándose el ingreso por un cuerpo central adelantado de planta semiovalada, pudiendo destacarse como seña característica la presencia de una alta torre de planta cuadrada que acogía el depósito de agua y que marca el encuentro entre ambas avenidas. En la actualidad el edificio se conserva sin grandes modificaciones, más allá de la renovación de sus instalaciones, y de las carpinterías de cerramiento, que han alterado inevitablemente la percepción de sus fachadas.
Por último, frente al hospital de San José y Santa Adela se inauguró simultáneamente un nuevo Sanatorio quirúrgico de la Cruz Roja, destinado a enfermos de pago, donde Manuel de Cárdenas hizo aún más patente el carácter funcional de su arquitectura, aunque manteniendo un eje de simetría dirigido hacia la esquina redondeada, donde se abre grandes ventanales entre pilastras resaltadas. En 1933 este inmueble -que por desgracia se ha visto muy alterado por sucesivos recrecidos en altura que dificultan percibir su elegante disposición original- fue cedido al Instituto Nacional de Previsión, por lo que no está incluido en la incoación como BIC junto a sus compañeros.