La iglesia de San Francisco de Sales precede al contiguo Colegio Salesiano de San Juan Bautista, también conocido como los Salesianos de Estrecho. Proyectada en 1925 por el arquitecto Joaquín Saldaña López, las obras de ejecución se llevaron a cabo entre 1926 y 1931. Se trata de un edificio exento construido con estructura de hierro, fábrica de ladrillo, y formas decorativas neorrománicas de influencia germánica al exterior; mientras que su interior es de clara inspiración bizantina, con planta centralizada formada por un gran espacio octogonal cubierto por cúpula semiesférica con linterna -la segunda más grande de Madrid tras la de San Francisco el Grande-, al que se adosan tres ábsides o capillas semicirculares -al norte, sur y oeste- a modo de brazos menores de una cruz latina, mientras que el cuarto brazo hacia el este –con coro alto- se alarga para acoger el pórtico de entrada, ejecutado en sillería y coronado por un rosetón, que se prolonga en un gran campanario cuadrado, que en proyecto se coronaba por un aguzado chapitel piramidal con estructura de hierro revestido de pizarra. Esta torre está acompañada por dos torreones retranqueados de menores dimensiones y planta octogonal, cubiertos por cúpulas de casquete divididas en gajos por nervios resaltados con los plementos revestidos de baldosín catalán; una solución que originalmente también se utilizaba en la cúpula principal, con reminiscencias de la de Brunelleschi para la catedral de Florencia; aunque tras los daños sufridos durante la Guerra Civil (1936-1939) fue cubierta con un revestimiento continuo de pizarra.
Y es que al iniciarse la contienda, la comunidad salesiana fue expulsada, cuatro miembros asesinados, y el colegio incautado para cuartel general del Quinto Regimiento; perdiéndose las imágenes y retablos originales del templo, que fueron repuestos en la inmediata posguerra y nuevamente renovados en los años sesenta del pasado siglo; destacando entre las intervenciones efectuadas el gran mosaico neobizantino de Santiago Padrós, que entre 1965 y 1971 revistió la cúpula con una sucesión de santos salesianos y fundadores españoles de influencia ravenesa.
