La antigua Iglesia de San Lorenzo, dependiente de la parroquia de Sebastián, fue construida en un erial junto a la Puerta de Valencia de la cerca de la Villa, con la finalidad de atender las necesidades religiosas del populoso barrio de Lavapiés. El nuevo edificio –de pequeñas dimensiones- se levantó entre 1662 y 1670 sobre trazas de autor desconocido, con una fachada muy esbelta y sencilla con una imagen de San Lorenzo colocada en una hornacina sobre la portada. y rematada por un frontón triangular. Es muy poco lo que se sabe de este templo más allá de que se trataba de que constaba de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, con pequeñas capillas hornacinas laterales, y rematada con ábside semicircular; siendo su elemento más destacado la gran capilla de la Congregación terminada en 1672, con acceso por el costado de la epístola, que presentaba el aspecto de un pequeño templo de una nave, con cúpula central con linterna sobre pechinas, y profundo presbiterio recto dominado por un elegante retablo academicista de la segunda mitad del siglo XVIII centrado por el Crucifijo de la Redención sobre nimbo de rayos dorados con nubes. A sus lados dos magníficos bustos del Ecce-Homo y la Dolorosa, junto a otras tallas barrocas de menor valía, algunas de mármol “acaso sicilianas”. En 1747 se cerró la lonja delantera hacia la calle del Salitre con una verja entre pilastras diseñada por Nicolás Serrano.
Las primera partidas parroquiales datan de 1799 aunque no se independizó de San Sebastián hasta 1805. En 1851 sufrió un grave incendio que afectó principalmente a la cabecera, que fue reconstruida dotando al ábside una bóveda de horno avenerada, que cobijaba un sencillo retablo neoclásico con una hornacina con la efigie del santo titular –original del siglo XVII- entre dos columnas de orden compuesto con un entablamento recto rematado por flameros flanqueando la paloma del Espíritu Santo. A sus lados dos nichos excavados en el muro cobijaban dos estatuas barrocas de San Pedro y San Pablo. A fines del siglo XIX también se renovó la esbelta torre, levantada junto al presbiterio y coronada por un castizo chapitel.
Por desgracia la iglesia fue incendiada el 20 de julio de 1936, dos días después del golpe de estado militar que inició la Guerra Civil (1936-1939), quedando casi completamente arruinada y perdiéndose imágenes y retablos; por lo que fue reconstruida entre 1942 y 1950 siguiendo un proyecto de los arquitectos Sixto y Antonio Cámara Niño, que respetaron sólo parcialmente la traza anterior, prolongando la nave con la construcción de un crucero cupulado con cabecera recta, presidida por un fresco ejecutado en 1951 por Emilio Sánchez Cayuela “Gutxi”. También trasladaron la torre, que se levanta ahora junto a la portada, que simplifica el diseño original.
