Jardín artístico de la denominada Alameda de Osuna / Parque "El Capricho", de la Alameda de Osuna, de Madrid

Por mcypweb, Lun, 06/07/2020 - 18:58

El Jardín Artístico de la denominada Alameda de Osuna – o El Capricho- formaba parte una antigua quinta creada por María Josefa de Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, casada con Pedro Alcántara Téllez-Girón, IX duque de Osuna. Ubicada en el antiguo término municipal de Canillejas -hoy anexionado a Madrid-, cercana al Camino Real de Aragón, contaba con casa de recreo y unos espléndidos jardines que la duquesa estableció tras la compra de la finca en 1783 al conde de Priego. La posesión fue ampliada mediante continuas adquisiciones desde 1783 a 1798 al tiempo que el antiguo caserón del siglo XVII era transformado por los arquitectos José de la Ballina, Mateo Guill, Manuel Machuca Vargas y Mateo Medina en un verdadero palacio, delimitado por cuatro torreones esquineros al modo de los tradicionales alcázares españoles; destacando la fachada principal a los jardines, cuyo piso principal presenta una logia columnada de orden corintio a la que se accede directamente desde el exterior por una escalera de dos ramales. El interior se distribuye en tres plantas: la baja es cuadrangular, y se organizaba en torno a dos patios, con un zaguán de entrada del que arranca la escalera principal doble que lleva al piso principal, varias habitaciones de servicio, las alcobas para los huéspedes, el oratorio y el salón de baile, siendo el comedor que ocupa la crujía meridional la estancia más destacada; la planta principal o noble presenta una planta en H con el travesaño central ocupado por una doble crujía, y dos terrazas al norte y al sur –sobre el comedor- flanqueadas por los torreones que albergaban las habitaciones privadas de la familia, entre las que destaca el gabinete redondo que estaba decorado con pinturas creadas expresamente por Francisco de Goya, amigo de la duquesa; por último, la planta superior se destinaba al servicio, dedicándose los torreones a despachos privados.

El jardín se distribuye a ambos lados de una larga avenida de acceso, con paseos rectos y parterres de estilo francés, que lo divide en dos partes: la inferior al sur –más regular- fue trazada en 1784 por el jardinero Pablo Boutelou que la ejecutó hasta 1788; mientras que la superior al norte presenta una traza paisajista que diseñaría a partir de 1787 el jardinero francés Jean Baptiste Mulot, empleado en el Trianon de Versalles, que la duquesa contrató en exclusiva y que en 1790 regresó a París, siendo sustituido en el cargo por Pierre Prevost o Provost desde 1795 hasta su asesinato en 1812. Este jardín superior de estilo inglés -o “anglochino” según la definición francesa- se caracteriza por su traza irregular, con senderos serpenteantes que dividen bosquetes y parterres punteados de follies o caprichos,  unos clasicistas inspirados por Mulot, como el Templo de Baco -obra de Ballina que en origen estuvo cubierto por una cúpula hoy desaparecida-, el Abejero de Mateo Medina -que alojaba una Venus expresamente realizada por Juan Adán-, o la Columna de Saturno; y otros pintorescos ejecutados entre 1794 y 1795 por el decorador italiano Ángel María Tadey, como la Casa de la Vieja, la Casa Rústica o de Cañas y la Ermita. Este jardín está delimitado en su parte superior por una ría artificial con lagos e isletas que une varias de estas construcciones y que puede ser recorrida en barca, mientras que el barranco natural de la Coloma lo atraviesa de norte a sur.

Durante la invasión francesa la finca fue incautada, pasando en 1809 a manos del general Augustin-Daniel Belliard, gobernador militar de Madrid, que amplió la posesión y enriqueció los jardines con esculturas del Buen Retiro, aunque finalmente el conjunto sufrió algunos daños que tras ser devuelta la propiedad a la duquesa de Osuna, ya viuda, fueron reparados por el arquitecto Antonio López Aguado, que también erigió el neoclásico Casino de Baile en 1815 –con techo pintado por Juan Gálvez- y reformó el templete de Baco al siguiente año. A la muerte de la duquesa en 1834 su nieto y heredero, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, realiza nuevas reformas en la finca con el concurso del jardinero Francisco Sangüesa y del arquitecto Martín López Aguado –hijo de Antonio- que construye una gran mina para mejorar el suministro de agua, remodela la fachada del palacio al jardín, y divide en dos su patio meridional con una nueva escalera de bajada al comedor, al tiempo que construye nuevos elementos en el jardín como el Fuerte con su foso, el Embarcadero chino, el Cenotafio al III duque de Osuna inspirado en la tumba de Rousseau en Ermenonville, el Puente de hierro sobre la Ría -el más antiguo de este material conservado en nuestro país-, y diversas piezas en el eje de acceso, como las columnas llamadas de Los Duelistas, o la Exedra de la plaza de los Emperadores ante el palacio, con esfinges de Francisco de Elías y un busto de la antigua duquesa ejecutado en bronce por José Tomás. Tras la muerte de Pedro Alcántara en 1844 la propiedad es heredada por su hermano Mariano, XII duque de Osuna, que muere en 1882 completamente endeudado, por lo que su viuda se vio obligada a arrendar El Capricho al duque de Santoña; aunque ya en 1894 la finca pasa a manos de los acreedores, que en 1896 venden diversas obras de arte -incluidos los veintitrés lienzos de Goya o los bustos y esculturas de José Pagniucci- y, tras un primer intento frustrado de vender la posesión al Ayuntamiento de Madrid, en 1900 subastan la propiedad, que fue adquirida por el banquero Gustavo Bauer, recuperando su antiguo esplendor hasta la quiebra de la banca Bauer en 1931, planteándose nuevamente la posibilidad de que fuese adquirida por el Ayuntamiento, que tampoco esta vez aprovechó la oportunidad.

A pesar de que la Alameda de Osuna ya fue declarada Jardín Histórico en 1934, durante la Guerra Civil (1936-1939) pasa a manos del Socorro Rojo Internacional, y luego se instala aquí el Cuartel General de la Defensa de Madrid, centro de operaciones militares del ejército gubernamental al mando del General Miaja, construyéndose cerca del palacio un gran refugio subterráneo que aún se conserva. El jardín queda dañado, pero tras la contienda es restaurado entre 1943 y 1952 por el jardinero Javier de Winthuysen, que restablece el parterre ante el palacio. Los Bauer venden la finca en 1945 a una inmobiliaria con la intención frustrada de convertirla en un hotel de lujo según proyecto de Luis Moya y Ángel Orbe; pasando después por varias manos hasta que finalmente el Ayuntamiento de Madrid la adquiere en 1974, cuando ya había perdido algunos elementos como el Columpio,  que sólo conocemos por descripciones o fotografías; estando otros mutilados, como el Abejero -que perdió las columnas de mármol que flanqueaban la entrada y la Venus de Adán- o muy dañados, como la Exedra -sin sus esculturas más importantes ni el semicasquete esférico que la cubría-; mientras que el palacio había sido despojado de sus elementos decorativos más señalados y había caído en ruinas, aunque todavía pueden verse en la fachada los tondos modelados por Manuel Domingo Álvarez hacia 1795 y en su interior algunas de las pinturas murales ejecutadas por Tadey en 1797 y Francisco Martínez de Salamanca hacia 1844, así como el sorprendente pavimento cerámico del comedor realizado hacia 1840 por el taller napolitano de Biagio Giustiniani e figlio que recrea el célebre mosaico pompeyano de La Batalla de Issos. Tras un proyecto fallido de reconstrucción de Rafael Rivero Valcarce, se restauraron los jardines por una Escuela Taller orientada por la paisajista Carmen Añón Feliú, y se consolidó el palacio. El Parque “El Capricho” de la Alameda de Osuna, uno de los más interesantes jardines paisajistas conservados en España, es incoado para ser declarado Bien de Interés Cultural en 1980, incluidos los jardines artísticos declarados en 1934. Finalizada la restauración, los jardines fueron abiertos al público en 2000. Desde entonces el Ayuntamiento ha ido recuperando elementos como los grupos escultóricos de la Exedra, incluido el busto de la duquesa por Tomás, y ha podido suplir otros, como la célebre Venus que ha vuelto al Abejero en una réplica donada por la actual propietaria de la original. Además desde 2018 se está llevado a cabo una profunda rehabilitación del palacio para ser convertido en Museo dedicado a la figura de la duquesa de Osuna y a la Ilustración, cuyas obras se encuentran actualmente paralizadas por ser un proyecto al parecer inadecuado que ha presentado diversos problemas.

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Paseo de la Alameda de Osuna, 29
Ubicación

Paseo de la Alameda de Osuna, 29
Madrid Madrid
España

Tipo de Bien
BIC - Conjunto Histórico
Cronología
Siglo XVIII
Estado del BIC
Incoado
Autor o autores
Pablo Boutelou, Antonio López Aguado, Martín López Aguado, Manuel Machuca Vargas, Joaquín Mañoso Valderrama, Mateo Medina, Luis Moya Blanco, Jean Baptiste Mulot, Ángel Orbe Cano, Pierre de Provost, Ángel María Tadey, Javier de Winthuysen Losada
Titularidad
Pública
Propietario o tenedor
Ayuntamiento de Madrid
Visitable
Tipo de visita
Visita libre
Posibilidad de visita guiada
Condiciones de visita / Accesibilidad

Horarios

  • Octubre – Marzo: Sábados, domingos y festivos de 9.00 a 18.30h

  • Abril – Septiembre: Sábados, domingos y festivos de  9.00 a 21.00h

Condiciones de la visita:

  • Entrada libre y  gratuita. Aforo máximo 1.000 personas

  • Se ofrecen visitas guiadas  al búnker del Capricho dentro del programa de visitas guiadas “Pasea Madrid” que organiza la  Dirección General de Patrimonio Cultural. Más información en el siguiente enlace.

  • El programa “Hábitat Madrid” que organiza el Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, también ofrece visitas guiadas al parque de El Capricho. Más información en el siguiente enlace. 

  • Instalación parcialmente accesible para personas con movilidad reducida. El parque es accesible en la mayor parte de los recorridos y partes principales.

  • No está permitido el acceso de animales, ni comer en el interior del jardín

  • Para más información, consulte la página web del bien.

Contacto:

  • Teléfono: 915880114  

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