La Real Academia Española (RAE) fue fundada en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, marqués de Villena, a semejanza del modelo de la Academia Francesa creada en 1635 por el Cardenal Richelieu, con el fin de trabajar al servicio del idioma español y el objetivo esencial de elaborar un diccionario de la lengua castellana. El lema de su escudo resume sus fines y obligaciones “Limpia, fija y da esplendor” a la lengua española.
La Real Academia Española ha tenido distintas sedes: primero en las casas particulares de sus directores, después en la Real Casa del Tesoro (1754), más tarde en el edificio del antiguo Estanco del Aguardiente en la calle Valverde (1793) -hoy sede de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales-, hasta que en 1894 se instaló en su actual sede de la calle Felipe IV, junto al Museo del Prado y la Iglesia de los Jerónimos. El proyecto del edificio fue diseñado por Miguel Aguado de la Sierra en 1891, en un estilo ecléctico con tendencia clasicista. Construido entre 1891 y 1894 en un solar cedido por la Corona y financiado por la RAE, se trata de un edificio exento de planta rectangular rodeado de un pequeño jardín, de esquema basilical, de tres crujías con pasillos laterales cuya escalinata central de dos tramos paralelos y central -en estilo fin de siglo- conecta las plantas de acceso, baja y primera del edificio. Las dependencias se reparten en tres plantas bajo cubierta y semisótano: éste, actualmente destinado a dependencias del archivo; bajo y principal, con salones, biblioteca, oficinas y dependencias administrativas; y segundo o ático, donde se situaban las habitaciones del personal, ahora acoge los trabajos asumidos por la RAE en los programas relacionados con el español en el mundo. Los techos y paredes del interior se decoran en estilo ecléctico con influencias de tendencia modernista que busca un cuidado especial en la forma y lo ornamental más que en los aspectos funcionales que también se transmite en el mobiliario que se conserva en él. Destacan las cuatro vidrieras con temas alegóricos del Salón de Actos, elaboradas por los talleres C.P. Dragant en 1893.
El edificio de configuración volumétrica compacta, pero de equilibradas dimensiones coherente con los usos y funciones requeridas por la institución, presenta unas fachadas de gran sobriedad, de inspiración neoclásica, en las que predomina un elegante contraste de colores de sus materiales, formadas por basamento de granito sobre el que se alza el paramento de ladrillo recocho donde se abren los vanos con recercados de piedra blanca y un tercer cuerpo de piedra caliza blanca a modo de entablamento ecléctico donde se apoya la cubierta horadada por dos lucernarios que dan luz al interior. Este mismo material pétreo se utilizará en los distintos ornamentos. La entrada, situada al oeste y construida en piedra blanca, destaca con un pórtico sobre una elevada escalinata de traza monumental compuesto de cuatro columnas dóricas que sostienen un potente entablamento coronado por un frontón triangular recto.
En 1951, se creó en México la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) con la finalidad de fijar una norma común para todos los hispanohablantes. Desde 2007, las academias de la lengua cuentan con el Centro de Estudios de la RAE y de la ASALE, instalados en un edificio sito en la calle Serrano de Madrid.
El 20 de octubre de 1993 se constituyó la Fundación pro Real Academia Española, con la finalidad de respaldar las actividades que realice la Real Academia Española para conseguir sus objetivos o fines. Es presidida por el gobernador del Banco de España.
La Real Academia Española cuenta con una importante Biblioteca cuyos fondos han sido reunidos a lo largo de su historia, en su mayoría centrados en lingüística y literatura española e hispanoamericana, y el Archivo donde se conserva toda la documentación generada por la institución desde su fundación en 1713.