Real Oratorio del Caballero de Gracia

Por mcypweb, Jue, 09/07/2020 - 22:56

El italiano Jacobo Gratti, conocido como Caballero de Gracia, fue secretario del nuncio ante Felipe II en España, estableciéndose definitivamente en 1580 en Madrid, donde va a fundar diversas obras benéficas: el hospital para convalecientes italianos, el colegio para niños pobres de Nuestra Señora de Loreto, y el convento del Carmen Calzado; aunque la más duradera será la Real, Antigua y Venerable Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento, que ya existía en 1595.  Entre 1654 y 1662 Juan de Torija levanta el primer Oratorio del Caballero de Gracia para esta Congregación, pero ciento veinte años después, ésta encarga un proyecto de ampliación al arquitecto Juan de Villanueva, quien presenta dos propuestas en 1782: una de reforma del edificio existente, y otra para un templo de nueva planta, que es la elegida. El edificio debía adaptarse a un solar muy estrecho, alargado y levemente oblicuo a la calle; sin embargo Villanueva supo crear un espacio diáfano y monumental de planta basilical, con una amplia nave delimitada a ambos lados por columnas corintias graníticas con fustes monolíticos, que la separan de las estrechas naves laterales y que sostienen un entablamento recto sobre el que descansa la bóveda de cañón con casetones y lunetos. El transepto está apenas insinuado por un ligero retranqueo de los muros, y el crucero se cubre con una cúpula oval, con tambor calado por cuatro grandes óculos que penetran en el casquete y linterna de coronación, de gusto todavía tardobarroco, acentuado por las pinturas de Zacarías González Velázquez que la decoran, con los arcángeles Gabriel, Rafael y Miguel y el Ángel de la Guarda en las pechinas, y escenas del Antiguo Testamento en la bóveda superior, contrastando con el casetonado romboidal puramente neoclásico que reviste el cuarto de esfera del ábside semicircular. Además se reparten por el interior diversos lienzos de autores tan destacados como Juan Sánchez Barba y Mateo Cerezo, José López Enguídanos, José Beratón, José Camarón, y el ya citado Zacarías González Velázquez.

Las obras fueron dirigidas por Villanueva entre 1782 y 1794, cuando es despedido por desavenencias con la Congregación, siendo sustituido por Juan Pedro Arnal, que las culmina al año siguiente a falta sólo de la fachada, que había sido proyectada por Villanueva ya en 1789, pero sólo fue construida entre 1826 y 1832 por Custodio Teodoro Moreno, quien introdujo algunas alteraciones. Se trata de una fachada sencilla, dividida en dos pisos por una imposta corrida y coronada por un gran frontón triangular; el piso bajo presenta una pequeña escalinata entre dos columnas jónicas in antis que crean un estrecho pórtico de acceso levemente retranqueado que protege la puerta de entrada, sobre la que se dispone un relieve del Cordero Místico. Este pórtico está flanqueado por dos hornacinas –en vez de las ventanas previstas por Villanueva- sobre las que se disponen tarjetones rectangulares, que en el piso superior se convierten en sendos tondos que enmarcan una ventana termal en arco escarzano sobre un relieve en piedra de la Última Cena, labrado por el escultor José Tomás según el famoso fresco de Leonardo da Vinci, que le sirve de antepecho. Sólo cuatro años después, tras la Desamortización de Mendizábal de 1836, se trasladan a este Oratorio los restos de Jacobo Gratti, que descansan en un sarcófago diseñado por Custodio Teodoro Moreno  en la nave de la Epístola -derecha- cercana al transepto. En 1875 se adquiere –sin conocer su autoría- el magnífico templete del altar, obra diseñada por Villanueva en 1786 para la Sacramental de Santa María y del Hospital, perfectamente acorde con el estilo del templo.

Con motivo de la apertura de la Gran Vía -y a pesar de la curva adoptada precisamente para salvar este Oratorio- fue necesario derribar la casa de los capellanes y otras dependencias, lo que obligó a construir una nueva fachada al norte que recortó muy levemente el ábside, ocasión que fue aprovechada por Carlos de Luque -el arquitecto encargado de las obras, ejecutadas entre 1915 y 1916- para sustituir el lienzo de La Última Cena de González Velázquez que centraba el retablo mayor por una vidriera con el mismo tema ejecutada por la casa Mauméjean. Como resultado, esta fachada monumental -adaptada a la estética de la nueva calle- quedó centrada por el gran ventanal que debía dar luz a la vidriera citada, enmarcado por semicolumnas corintias colosales que sostenían un entablamento corrido, sobre el que descansaba un grupo escultórico centrado por una cruz que se recortaba sobre la cúpula del crucero. A ambos lados, sendos cuerpos retranqueados -con un piso de ático sobrepuesto- presentaban una composición similar, pero sustituyendo las semicolumnas por pilastras y el gran hueco central por grupos de cuatro ventanas encerrados por arcos de menor tamaño. El edificio superó sin daños apreciables la Guerra Civil (1936-1939), pero en 1976 se decidió recuperar el diseño del presbiterio original según un proyecto del arquitecto Fernando Chueca Goitia, lo que obligó a derribar el cuerpo central ideado por Luque para dejar paso al volumen convexo del ábside, quedando las obras interrumpidas en 1981. Ocho años después –de 1989 a 1993- el arquitecto Javier Feduchi Benlliure tras ganar un concurso restringido, las retoma y reviste el ábside de granito en un intento de combinarlo con los cuerpos laterales de Luque, que enlaza con un gran arco triunfal de dos pisos de altura para enmarcar la cúpula de Villanueva. Por último, entre 2002 y 2003 se restaura la fachada principal a Caballero de Gracia, reponiendo el revoco original que había sido picado en 1962 para dejar el ladrillo visto.

La decoración interior actual es sobria, en consonancia con la estética neoclásica; de modo incongruente, en 2002 se ha repuesto en el retablo mayor –retroiluminada con luz artificial- la vidriera de Mauméjean cuya eliminación justificó la compleja intervención de Chueca que desfiguró la fachada de Luque a la Gran Vía. En dicha intervención se pintaron las pechinas con una decoración de guirnaldas y el escudo de la Congregación según diseño de Jesús Bernal, sustituyendo los frescos originales–casi perdidos por la humedad-, que felizmente  han podido ser reproducidos en lienzo sintético por el artista ruso Boris Lugovskoy a partir de bocetos conservados y fotografías antiguas, siendo instaladas en 2010, casi al tiempo que se colocaba en el coro alto a los pies un hermoso órgano holandés construido por Albertus van Gruisen en Leeuwarden en 1790, pero de estilo todavía barroco a pesar de su fecha.

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C/ Caballero de Gracia, 5
Ubicación

C/ Caballero de Gracia, 5
Madrid Madrid
España

Tipo de Bien
BIC - Monumento
Cronología
Siglo XVIII
Estado del BIC
Declarado
Titularidad
Privada
Propietario o tenedor
Iglesia Católica
Visitable
Tipo de visita
Visita libre
Condiciones de visita / Accesibilidad

Horario:

  •  Apertura del Oratorio: Todos los días de 10:00 a 13:45h y 17:00 a 20:45h. (julio y agosto: 18:00 a 20:45h).

  • Misas: Lunes a sábado: A las 11:15h, 13:15h, 18:15 y 20:15  / Domingos y días de precepto: A las 10:15h, 12:15, 13:15h, 18:15 y 20:15 h

Condiciones de la visita:

  • Acceso libre. 

  • Visita virtual en el siguiente enlace.

Contacto:

Contexto cultural

Neoclásico

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