La reunión de la Asociación Cultural Dolmen de Dalí con la directora general de Patrimonio Histórico, Laura de Rivera, a la que han asistido Juan Antonio Aguilera junto con el abogado de la Asociación, y que ha contado con la presencia de Francisco del Barrio y Alberto Tellería como asesores de MCyP, ha transcurrido por cauces más que aceptables, pues la evidencia de que el suelo radial sobre el que se asentaba el monumento era un diseño de Dalí y formaba parte de la obra artística, es cada vez más indiscutible.
La fotocopia de mejor calidad de un dibujo facilitado por el ingeniero Jesús Jiménez Cañas, que intervino decisivamente en la gestación y desarrollo de la obra del Dolmen y que fue en su momento repetidamente publicado, muestra claramente el diseño radial del suelo, por más que en una visión sesgada se hayan intentado interpretar las líneas convergentes hacia el Dolmen como de perspectiva y "fuga al horizonte". Tampoco el argumento de que el dibujo no es de la mano de Dalí -aunque esté firmado por él, pues se hizo de acuerdo a sus especificaciones- es de recibo, cuando gran parte del arte contemporáneo no es ejecutado directamente por el autor, o al igual que la mayoría de los arquitectos no delinea sus planos.
La claridad de los argumentos expuestos va a ser difícil de rebatir a partir de ahora, lo que parece reconducir el tema a una vía razonable, deslindando lo que es la vía judicial del asunto -aún inconclusa- del reconocimiento técnico de la autenticidad del pavimento original, y de su posible recuperación.
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