Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Norma Zonal 3 grado 1o
Autor de la foto de la cabecera: CARLOS RODRÍGUEZ ZAPATA
El Noviciado de las Damas Apostólicas es el edificio fundacional de una Orden nueva surgida en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. Se construye hacia 1929 bajo las instrucciones de la fundadora de la Orden, doña Luz Casanova, una dama de la alta burguesía madrileña, altruista y convertida a monja. Este convento fue el refugio de mi familia cuando tuvo que huir de su pueblo de origen ante las amenazas de los “vencedores” de la contienda civil. Primero emigraron a Madrid mis tíos y después mis padres, tras cuatro años de mi padre prisionero en Bilbao. Mi tío Alfredo fue conserje, hortelano y jardinero del convento, que entonces estaba todavía nuevo, pero bastante descuidado. Él plantó los árboles de la huerta y el jardín, que ocupaban un enorme terreno, casi lindante por el sur con la calle de la Macarena, y que llegaba hasta Comandante Franco por el norte. Jardín y huertas estaban separados por unas cancelas, y en la huerta había todo tipo de frutales y verduras, además de tierras de labor donde se cosechaban trigo, maíz, garbanzos, judías, alfalfa y patatas. La finca tenía sus eras y maquinaria de aventar, más una granja con gallinas, cerdos y conejos, además de abastecimiento propio con dos pozos de agua y estanque, y cuadras para los animales de carga, mulos y caballos con los que se cultivaba la tierra y se hacían los portes a otros conventos de la Orden: en Santa Engracia (edificio de Javier Ferrero que aún existe), en Almenara-La Ventilla, y en Usera. Pocos ciudadanos podrán alardear como yo de haber cruzado Madrid por Cibeles y la Castellana en carro de caballos.
El edificio del convento era grande pero muy sencillo de traza, con dos patios ajardinados y la iglesia en el eje frontal, una nave neogótica bastante grande, alta y luminosa pues tenía ventanas a los dos patios, y un altar con gran retablo de estilo barroco, incoherencia que puede indicar se tratase de una pieza más antigua reaprovechada. La iglesia, que ofrecía oficios religiosos diarios era la más importante y concurrida de todo ese sector de Chamartín y se destruyó en una nefasta reforma de los años ochenta, en la que se hicieron forjados intermedios para conseguir más habitaciones, pues las vocaciones ya iban descendiendo, y parecía oportuno reciclar el convento como casa para ejercicios espirituales y hotel para turismo de grupos católicos de otros países, pasando la parte de noviciado a ser algo residual y compartido con un asilo para monjas ancianas. Esa deriva ha debido ir a menos y es lo que ha provocado que probablemente sea insostenible el mantenimiento de este conjunto, ya diezmado hace unos cuarenta años por la venta de una gran parte de las huertas para construir pisos de lujo en lo que hoy es la calle de Jerez.
El valor patrimonial del edificio es relativo tras la destrucción de la iglesia y parte de los ornamentos de la fachada, pero más importante como conjunto de edificio, huertos y jardines, por lo que se debería conservar, como se hizo con el convento de los Ángeles Custodios, en la calle Caídos de la División Azul, de la misma época y menor entidad, que fue recuperado para otro uso aunque bastante chapuceramente. Miro en el catálogo y veo que no tiene el menor tipo de protección, lo que hace difícil su conservación a no ser que se produzca una presión ciudadana que pueda conseguirlo. Imagino que será otra de las piezas que se querrán cobrar antes de las elecciones, en previsión de cambios políticos, por lo que habrá que estar al tanto y preguntar al bloguero de UrbanIdade si sabe algo más sobre el tema.
Podría escribir muchas más cosas sobre este lugar que por primera vez relato en un escrito, pero no os quiero cansar con mi nostalgia, y sólo diré que fue un paraíso para el niño que tuvo la suerte de vivir y veranear allí hasta alcanzar la veintena. Aquella primera etapa de mi vida me enseñó entre otras cosas a comprobar que se puede llevar una vida plena y feliz con recursos muy humildes, una vez cubiertas las necesidades básicas, y eso sí, protegido por una familia acogedora y en un escenario que entonces era muy bello, aunque ahora sea difícil imaginárselo por la especulación que arrasó con todos los jardines y villas de lo que fue un lugar privilegiado.
VICENTE PATÓN JIMÉNEZ (2015)
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Noviciado de las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón de Jesús
Paseo de la Habana 198
Madrid Madrid
España
Descarga (PDF): INFORME sobre el Convento de las Damas Apostólicas