En la mañana del día 30 de diciembre de 2011 se ha realizado en la glorieta de San Vicente y a instancia de la directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Laura de Rivera, una reunión con representantes de la plataforma Salvemos la Casa de Campo y de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. La directora, que ha asistido acompañada por técnicos de su departamento, ha sido informada en primer lugar del desplazamiento y desfiguración que ha sufrido la Puerta del Río, con motivo de las obras de Madrid Río. Se ha cotejado con planos y documentos fotográficos la posición original de la puerta con su ubicación actual, que ha convertido lo que era la entrada monumental de un recinto histórico -perfectamente enmarcada entre los árboles centenarios que delimitaban la Casa de Campo-en un extraño objeto decorativo, aislado, carente de sentido y privado de elementos tan importantes como las verjas, las farolas o las garitas que se construyeron en 1934. Se han estado asimismo observando los graves errores que contienen tanto las placas informativas que se han instalado en la glorieta de San Vicente, como las marcas grabadas en el suelo, que muestran configuraciones de la puerta y del puente del Rey carentes de toda verosimilitud y rigor científico.
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También se ha visitado el nuevo acceso al túnel Bonaparte, que borra totalmente el sentido de eje visual que le dio origen, ahora encerrado en un catafalco de hormigón y piedra con el que se intenta disimular el destrozo causado por la construcción de la M-30, al cruzar una rampa de salida de automóviles por delante de la boca occidental del túnel planteado por Juan de Villanueva.
A continuación la comitiva se ha acercado a la antigua Casa de los Vargas, que todavía muestra tras su revoco actual los restos de arcos y columnas del que fuera palacio de Felipe II, y que se encuentra, al igual que el jardín histórico del Reservado Chico, en un preocupante estado de olvido y dejadez. Las grutas de Felipe II no se han podido ver más que a través de la tapia que las protege, pero se ha percibido como su obra de restauración permanece parada.
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A continuación se ha estado comprobando como la operación de Madrid Río no sólo ha borrado los límites históricos de la Casa de Campo, hoy declarada Bien de Interés Cultural, sino que se ha apropiado de una enorme franja de sus terrenos a lo largo del límite oriental, hoy ocupado por pistas de "paddle" y por unos falsos cerros que enmascaran las ventilaciones de la M-30, y que podrían causar un peligroso rebalsamiento de aguas en caso de fuertes tormentas, al establecer una barrera entre la pendiente natural del arroyo Meaques y el río Manzanares.
Todos estos temas, como el del enorme campo que se ha asfaltado al norte del antiguo recinto de la Feria del Campo han sido objeto de exposición y debate con las autoridades asistentes, que habrán podido comprobar el nivel de impunidad e indiferencia con que se trata en esta ciudad un Bien de Interés Cultural de la entidad de la Casa de Campo.
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