Queremos compartir la noticia publicada hace unos días por diversos medios informativos denunciando el inicio de obras de urbanización en la zona del yacimiento de La Esgaravita, en Alcalá de Henares. Concretamente, según recoge el semanario local Puerta de Madrid, se ha utilizado maquinaria pesada para la apertura de diversas zanjas de considerable longitud y profundidad. La imagen de una de esas trincheras, reproducida en el periódico, ilustra perfectamente la gravedad de la noticia.
Hace apenas unas horas, el ayuntamiento de la localidad madrileña, a través de su jefe de Arqueología, ha asegurado que las obras han respetado en todo momento el yacimiento, remarcando incluso que el trazado de una calle ha debido desviarse para no tocar los restos, tras las indicaciones de los técnicos de arqueología a los propietarios de la finca privada.
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El desmentido publicado no resulta muy tranquilizador ya que las declaraciones del técnico municipal concluyen con la afirmación de que «el conflicto entre la preservación de los restos y la edificación de viviendas [,,,] se resolverá cuando la promotora presente el proyecto de construcción y se estimen los permisos pertinentes que debería contar para poder conservar el yacimiento».
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Es decir, reconocen que las obras de urbanización han comenzado antes de la presentación de toda la documentación necesaria, algo especialmente grave en un espacio de altísimo valor arqueológico que espera, nada menos que desde finales de 1988 –fecha de incoación del expediente- la declaración de Bien de Interés Cultural.
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