Edificios históricos convertidos en centros comerciales

Por mcypweb, Mié, 24/07/2013 - 17:14

Reportaje original: EDIFICIOS HISTÓRICOS CONVERTIDOS EN CENTROS COMERCIALES de tmex.es

LOS ARQUITECTOS SE REBELAN CONTRA LA NUEVA LEY DE PATRIMONIO DE LA COMUNIDAD DE MADRID

EDIFICIOS HISTÓRICOS CONVERTIDOS EN CENTROS COMERCIALES POR LA VÍA RÁPIDA from TM-EX on Vimeo.

Durante más de 80 años el Palacio de la Música fue sala de cine y auditorio para conciertos. La primera película se proyectó en 1926. La última, en 2008: como tantos otros cines de la Gran Vía, al final tuvo que echar el telón. La Fundación Caja Madrid ha tratado de convertirlo de nuevo en sala de conciertos. Ha sido en vano. La crisis de Bankia ha acabado con el proyecto. Ahora el Ayuntamiento de Madrid quiere cambiar su uso para que pueda albergar una tienda de ropa.

Desde finales del siglo XIX el Palacio de la Equitativa despunta en la confluencia de las calles Alcalá y Sevilla. La antigua sede del Banco Español de Crédito es la joya de la corona de una manzana que, durante una centuria, ha albergado a los grandes bancos nacionales. El proyecto Canalejas, impulsado por el Grupo Villar, amenaza ahora con convertir la vieja City madrileña en un complejo formado por hotel de cinco estrellas, un centro comercial y de ocio, y un intercambiador subterráneo. Solo se salvarán, y no en su totalidad, las fachadas de los antiguos centros del poder financiero.

El Palacio de la Duquesa de Sueca perteneció a la esposa de Godoy –la famosa condesa de Chinchón, retratada por Goya-. Es un edificio colindante con los Reales Estudios de San Isidro, donde estudiaron Lope de Vega, Quevedo y Calderón de la Barca. A pesar de gozar de la máxima protección histórico-artística, el Ayuntamiento ha decidido derribarlo, al menos parcialmente, alegando que su estado es ruinoso.

Son solo tres ejemplos. La Asociación Madrid, Arquitectura y Patrimonio denuncia que la nueva Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, aprobada en junio de 2013, solo servirá para agilizar ciertos trámites, precisamente los que permiten que determinados edificios históricos puedan utilizarse para fines comerciales. Se trata de una Ley, según afirman numerosos arquitectos, pensada para desproteger, y no para proteger, nuestro Patrimonio.

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